De manera natural, en el suelo están disponibles los nutrientes esenciales para el desarrollo normal de un cultivo. Sin embargo, debido a varios aspectos relacionados con el entorno y al manejo del suelo a lo largo del tiempo, éstos pueden no estar disponibles en las cantidades que el cultivo requiere para completar su ciclo productivo. Por este motivo, es necesario aportar estos elementos de manera adicional al suelo y al follaje.
NUTRIENTES ESENCIALES EN EL SUELO
- Macronutrientes primarios: NITRÓGENO (N), FÓSFORO (P), POTASIO (K),
- Macronutrientes secundarios: AZUFRE (S), CALCIO (Ca), MAGNESIO (Mg)
- Micronutrientes u Oligoelementos: Boro (B), Cloro (Cl), Cobalto (Co), Cobre (Cu), Hierro (Fe), Manganeso (Mn), Molibdeno (Mo) y Zinc (Zn)
Los macronutrientes son necesarios en mayores cantidades y son los primeros en extraerse del suelo por parte de la planta, mientras que los micronutrientes son necesarios en cantidades muy pequeñas y cumplen funciones metabólicas dentro de ella. Las plantas requieren de un aporte equilibrado de todos estos nutrientes, siendo el déficit o exceso de alguno de éstos la causa de bajos rendimientos en la producción.
Pero, adicional a los macro y micronutrientes, los cultivos se pueden manejar con ENMIENDAS y BIOESTIMULANTES naturales para potenciar su desarrollo y productividad.
ENMIENDAS Y BIOESTIMULANTES
El calcio es el elemento secundario más importante no solo para la planta sino también para mantener las condiciones adecuadas del suelo; sin embargo pese a su importancia también es el más inmóvil. Se moviliza únicamente por flujo de masas ( agua + elementos a través del floema hacia arriba), y es el que abre el canal del potasio, que es el primer elemento que ingresa por la raíz. Por lo tanto es primordial la presencia constante del calcio a nivel del suelo para la asimilación del potasio.
El calcio en el suelo, debido a su capacidad de intercambio catiónico, aglomera a arcillas y coloides formando grandes estructuras con poros que permiten la circulación de aire y agua. Además, el calcio estructural en raíces en división, tallos, hojas de sépalos, pétalos y frutos brinda a estas estructuras consistencia y dureza para resistir el ataque de enfermedades fúngicas como la botrytis.
El calcio tarda de 18 a 25 días en llegar desde su punto de aplicación al lugar final en la planta, y una vez formada la flor, la planta pierde su capacidad de absorción a través de las raíces, debido a que se cierran los canales de absorción del calcio. A partir de la floración, el calcio debe ser complementado de manera foliar como calcio estructural. Éste podrá seguir siendo aplicado al suelo como un corrector de salinidad y mejorador de la estructura.
Son sustancias vegetales humificadas ricas en materia orgánica, en un estado intermedio de transformación entre la turba y el lignito (carbón), cuyo origen vine del enterramiento de materiales vegetales, animales y microorganismos desde hace millones de años en las capas superiores del suelo.
Esta mezcla de moléculas orgánicas complejas que se forman por descomposición y oxidación de la materia orgánica, actúan mejorando la estructura de los suelos y su capacidad de intercambio de nutrientes y agua.
Son activadores de varias rutas metabólicas con importantes efectos en el desarrollo, floración y cuajado, además permite la recuperación de plantas vulnerables. Gracias a su poder complejante, los aminoácidos ayudan a mover los nutrientes desde las raíces a todas las partes de la planta.
La exacta combinación de auxinas y citoquininas naturales provenientes de una especie particular de algas: Ascophyllum nodosum, así como los macro y oligoelementos, y polisacáridos presentes en ellas, representan un bioestimulante ideal para favorecer el crecimiento radicular además de disminuir el efecto causado por stress abiótico en los cultivos.
Todos los Nutrientes, Enmiendas y Bioestimulantes mencionados son esenciales para el buen desarrollo de las plantas. Su carencia o exceso desemboca en malos resultados a nivel de productividad y rentabilidad, por lo que es muy importante dotar a los cultivos de estos elementos a través de un plan de NUTRICIÓN Y MANEJO DE SUELOS adecuado para asegurar cosechas exitosas.
