Para controlar el ciclo de los ácaros es necesario el uso de acaricidas sistémicos que además de tener varios mecanismos de acción, controlen diferentes etapas como los huevos larvas, ninfas y adultos.
El uso de acaricidas más la implementación de algunas prácticas como la calibración del equipo de fumigación, la rotación de cultivos, la preparación oportuna del terreno y la limpieza y destrucción de residuos protegerán los cultivos de esta gran plaga.
Como los ácaros son plagas polífagas, la mayoría de cultivos son atacados por esta plaga pero con mayor incidencia se ven afectados aquellos que se cultivan bajo invernadero y clima seco, tales como flores (rosas), fresa, mora, etc.