Los ácaros o arañitas son una plaga que afecta a diferentes cultivos en varios lugares del mundo, causando daños serios e irreparables en poco tiempo debido a su rapidez para reproducirse. Existen muchas especies pero la más importante y dañina es la araña roja (Tetranychus urticae) presente en cultivos de exterior así como también en invernaderos.
La araña roja como principal especie de ácaro (Tetranychus urticae) pasa por diferentes estadíos hasta llegar a su etapa de adulto. Primero los huevos son blancos y translúcidos y se encuentran debajo de las hojas, protegidos del sol. Las larvas y ninfas tienen apariencia similar pero el tamaño es mayor en las ninfas, y en éstas últimas, se empiezan a apreciar las manchas laterales oscuras. En el adulto el color varía de naranja a amarillo claro, o verde claro al verde oscuro, rojo, marrón o casi negro, siendo las hembras las de mayor tamaño que los machos.
Todos los estadíos de los ácaros se desarrollan en el envés de las hojas, para protección de la radiación solar. Las larvas, las ninfas y los adultos causan daño en los tejidos de la hoja al “raspar” los mismos y succionar su savia. Esto hace que la planta deje de fotosintetizar y cambia su apariencia a un tono verde amarillento (clorosis), lo cual lleva a la disminución de la producción. Además, los estados de ninfas y adultos tejen telarañas sobre la superficie del cultivo dañando su apariencia.
Para controlar el ciclo de los ácaros es necesario el uso de ACARICIDAS SISTÉMICOS que, además de tener varios mecanismos de acción, controlen diferentes etapas como los huevos, larvas, ninfas y adultos.
Para conseguir mejores resultados debemos implementar algunas prácticas como: